Una década después, Fundación no olvida a los 33 niños que murieron en el incendio del bus

10 años después de aquel fatídico 18 de mayo de 2014, las familias -quizas con las heridas cicatrizadas- aún no olvidan a los '33 angelitos', que murieron en la terrible tragedia que enlutó a toda Colombia. 

Aquel día, 33 niños y una mujer de avanzada edad perdieron la vida cuando un bus, en el que regresaban de un culto religioso en la iglesia pentecostal, generó un corto y se incendió en cuestión de instantes, calcinando a los niños en su interior. 

Este sábado, en la conmemoración de una década de estos hechos, en el monumento de Los Angelitos  del municipio de Fundación, Magdalena, se volvieron a congregar más de un centenar de personas, entre familiares de las víctimas y autoridades locales, para recordar, como todos los años, el fatídico hecho. 

En el evento de este sábado, fue exhibida una galería fotográfica llamada 'Heridas que cicatrizan', con la foto de cada uno de los 33 niños, como una propuesta de acompañar a las víctimas, para generar "sensibilización y la no repetición". 

 

 

 

 

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En el evento de conmemoración participó el obispo de Santa Marta, monseñor José Mario Bacci Trespalacios, quien dedicó unas palabras a la memoria de las víctimas del suceso ocurrido hace una década.

"Estamos en una celebración de fe. Los cristianos vivimos la muerte como un motivo de celebración, no de lamentos amargos, aunque la amargura acompañe el dolor de la ausencia de los que ya no están con nosotros, pero somos capaces, guiados por la fe de Jesucristo, de una comprensión nueva de la muerte: no es la ausencia total de quienes ya no están con nosotros, sino su nueva forma de presencia con nosotros. Están en Dios", dijo el obispo a los familiares de las víctimas de Fundación. 

Como ha ocurrido todos estos años, los familiares de las víctimas lamentaron que todo lo que prometieron después de la tragedia quedó en promesas. 

En aquel momento, después de la tragedia, las autoridades nacionales, departamental y local prometieron unirse para mejorar las condiciones de las calles del municipio, y regular los vehículos para evitar que se presentaran futuras tragedias. Pero en todos estos años, nada ha sucedido, y la población ha seguido creciendo en medio de la desidia, elevando así las posibilidades de que una tragedia vuelva a ocurrir.